Todas las personas podemos experimentar dificultades durante el acto sexual, afectando distintos ámbitos de la vida, tanto personales como en la relación con otros. Esto puede ir deteriorando la autoestima, las relaciones de pareja y con el entorno, el bienestar psicológico y la calidad de vida.
Las causas son variadas, pueden ser físicas, psicológicas o debido a alguna enfermedad, por lo que se debe evaluar la periodicidad y persistencia del trastorno.
El objetivo de la terapia es favorecer la confianza y seguridad propia y en el compañero, mejorar la intimidad de la pareja, desarrollar nuevos escenarios sexuales, resolver los conflictos en torno al manejo de las emociones y generar expectativas de cambio.